El Canal de Panamá, una ruta vital para el comercio marítimo, ha experimentado una notable transformación. Datos recientes de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) revelan que la cola de buques en espera se ha reducido a la mitad de la media histórica desde la expansión del canal en 2016. Este fenómeno destaca el cambio dramático en los intercambios marítimos en el hemisferio occidental en los últimos meses.
Según la ACP, en la actualidad, solo 45 buques esperan su tránsito, exactamente un 50% menos que la media de los últimos ocho años. En agosto pasado, durante la congestión máxima del canal, más de 160 buques esperaban, lo que llevó a las autoridades a anunciar restricciones que se mantendrían durante meses, provocando que la industria naviera buscara rutas alternativas de manera masiva.
Para los buques que aguardan un viaje hacia el norte hoy, la espera será prolongada. Los datos de la ACP indican que los buques no reservados esperan en promedio 15.1 días para viajar hacia el norte, mientras que los que se dirigen al sur solo esperan alrededor de 3.6 días.
La ACP ha incrementado los tránsitos diarios a 24 este mes después de semanas de lluvias sólidas. Esta medida sustituye el anuncio anterior que preveía 20 tránsitos diarios para enero y 18 para febrero. Restricciones que han estado vigentes durante más de seis meses, en respuesta a los desafíos presentados por los bajos niveles de agua inusuales en el lago Gatún, en el centro del canal, debido a la persistente sequía.
En conclusión, la disminución drástica en la fila del Canal de Panamá es un reflejo de los desafíos que enfrenta la industria marítima. La combinación de restricciones por condiciones climáticas y la búsqueda de rutas alternativas ha cambiado significativamente la dinámica del transporte marítimo en la región. Aunque la situación actual muestra mejoras con el aumento de tránsitos diarios, sigue siendo esencial monitorear cómo estos cambios impactarán a largo plazo en las decisiones logísticas de la industria.
Fuente: Autoridad del Canal de Panamá