De primar esta postura, los propietarios de carga deberán asumir los costos de la ineficiencia de las operaciones.
Harold Daggett, Presidente de la International Longshoremen’s Association (ILA), que reúne a los estibadores de la Costa Este y el Golfo de EE.UU. se reunió el 12 de diciembre con el Presidente electo de EE. UU., Donald Trump, en el marco de las negociaciones que mantienen enfrentada a la organización sindical con la United States Maritime Alliance (USMX)- que reúne a los operadores portuarios- en torno a la automatización de las operaciones portuarias. El resultado del encuentro no pudo ser más exitosa para el líder de la ILA, luego que Trump expresara su total apoyo a los trabajadores portuarios en una publicación en su sitio de redes sociales, Truth Social, donde sostuvo que la automatización amenaza los empleos y que las compañías navieras basadas en el extranjero (que en gran medida controlan las operaciones portuarias) deberían invertir en salarios en lugar de maquinaria.
Trump, como suele ocurrir, no dejó dudas en cuanto a su postura: “Las compañías extranjeras han hecho una fortuna en los EE. UU. al darles acceso a nuestros mercados” por lo que “no deberían estar buscando hasta el último centavo sabiendo cuántas familias están afectadas” y añadió que “por el gran privilegio de acceder a nuestros mercados, estas empresas extranjeras deberían contratar a nuestros increíbles trabajadores estadounidenses, en lugar de despedirlos y enviar esas ganancias a países extranjeros”.
La USMX, una vez conocido el apoyo brindado por el Presidente electo a la organización sindical, sostuvo que espera trabajar con Trump una vez que asuma la presidencia (20 de enero) “para mejorar la seguridad de los trabajadores, impulsar la eficiencia portuaria, aumentar la capacidad portuaria y fortalecer nuestras cadenas de suministro”, no sin dejar de señalar que “la remuneración de los miembros de la ILA aumenta cuanto más bienes movilizan, cuanto mayor es la capacidad de nuestros puertos y los bienes que se movilizan, significa más dinero en bolsillos de los trabajadores”.
Pero al parecer, más allá de los argumentos lógicos o propios del ámbito industrial a favor en contra de la automatización, tras el gesto realizado por Trump, la definición de esta materia se dará más bien en la arena política. Los estibadores de la ILA , al parecer comprenden de este modo esta cuestión, lo que se puede observar en su conceptos vertidos luego del manifiesto apoyo que obtuvieron de parte de Donald Trump: “Este contrato va más allá de nuestros puertos: se trata de apoyar a los consumidores estadounidenses y dar a las empresas estadounidenses acceso al mercado global, desde los agricultores hasta los fabricantes, las pequeñas empresas y las nuevas empresas innovadoras que buscan nuevos mercados para vender sus productos”, sostienen desde la organización sindical.
Según Jensen, “los propietarios de carga deberían tomar nota de esta lucha. En la medida en que la falta de automatización conduzca a un fracaso en el aumento de la eficiencia, este es un costo que tendrán que asumir”.
La mirada hacia el 15 de enero
El sector del retail y de la manufactura en EE. UU. están preocupados por la posibilidad de que los trabajadores portuarios se declaren en huelga el 15 de enero. Cabe recordar que los estibadores sostuvieron una huelga durante tres días en octubre tras llegar a un punto muerto con los empleadores por los salarios. La paralización laboral significó el cierre de importantes puertos como Nueva York-Nueva Jersey, Norfolk, Virginia, y Houston, y sólo terminó después de que interviniera la administración de Joe Biden. Sin embargo, bajo la presión del gobierno estadounidense, la USMX ofreció a los portuarios un aumento salarial tentativo del 62% durante seis años, sujeto a que se alcance un acuerdo más amplio a mediados de enero.
Hasta ahora la USMX sostiene que necesitan hacer un mayor uso de la tecnología para impulsar volúmenes crecientes de carga a través de los puertos marítimos de EE. UU., Dennis A. Daggett, vicepresidente ejecutivo de la ILA (en la imagen abajo junto a Donald Trump y Harold Daggett, presidente de la ILA) ha manifestado que “estas empresas [las operadoras portuarias], que a menudo tienen inversiones en puertos e infraestructuras en todo el mundo, pueden beneficiarse de dar una imagen negativa de los puertos estadounidenses para impulsar la automatización y la desregulación. Esta narrativa coordinada pasa por alto la probada productividad de las instalaciones operadas por humanos, como las de EE. UU., en favor de esquemas de automatización no probados”.
Fuente: MundoMaritimo