El sector marítimo se enfrenta al desafío de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y cumplir con las metas establecidas por la Organización Marítima Internacional (OMI). La adopción de tecnologías y combustibles energéticamente eficientes se presenta como una solución clave para acelerar la descarbonización y garantizar un transporte marítimo sostenible. En este artículo, exploraremos los esfuerzos actuales, los obstáculos y los avances hacia un futuro más limpio y responsable.
En 2018, la OMI se comprometió a reducir las emisiones anuales de GEI del transporte marítimo internacional a la mitad para 2050, comparado con los niveles de 2008. Además, estableció objetivos intermedios de reducir la intensidad de carbono en un 40% para 2030 y un 70% para 2050. Sin embargo, el capitán Rahul Khanna de Allianz Global Corporate & Specialty (AGCS) advierte que se deben incrementar los esfuerzos para lograr estas metas ambiciosas a través de la adopción de tecnologías y combustibles eficientes como la propulsión eólica, biocombustibles, hidrógeno y amoníaco.
La OMI ha implementado medidas como el Índice de Diseño de Eficiencia Energética (EEDI), el Plan de Gestión de Eficiencia Energética del Buque (SEEMP) y el Indicador de Intensidad de Carbono (CII), con el objetivo de promover la eficiencia energética y reducir las emisiones. Además, las fuerzas del mercado, como la demanda de cadenas de suministro sostenibles por parte de consumidores e inversores, están impulsando a las navieras a adoptar tecnologías y combustibles más limpios. Ya se están viendo nuevos buques propulsados por biocombustibles y metanol.
Un enfoque prometedor es la creación de corredores verdes, rutas exclusivas que fomentan el transporte marítimo sostenible, involucrando a navieras, puertos y autoridades locales. Estos corredores contribuirían a reducir las emisiones y optimizar la eficiencia en el transporte de mercancías.
La inversión en combustibles alternativos es fundamental para lograr la descarbonización. Actualmente, se están llevando a cabo experimentos con biocombustibles, metanol, amoníaco, hidrógeno y sistemas de propulsión eléctrica alimentados por energía solar y baterías. Sin embargo, el desafío radica en encontrar el combustible óptimo que nos guíe hacia la descarbonización total. Aunque el gas natural licuado (GNL) ha sido utilizado como una alternativa más limpia, Khanna advierte que solo brindará un alivio temporal a corto plazo.
A pesar de los avances, se deben superar diversos obstáculos. La industria naviera tiene experiencia limitada en el uso y manejo de biocombustibles, y los efectos a largo plazo de los combustibles alternativos en los motores y sistemas de combustible aún deben confirmarse.
El sector marítimo se encuentra en un proceso desafiante de ajuste y cambio hacia la descarbonización. Para alcanzar las metas establecidas por la OMI, se requiere una aceleración en la adopción de tecnologías y combustibles energéticamente eficientes. Los corredores verdes, la inversión en combustibles alternativos y la mejora de la infraestructura son aspectos clave en este proceso.
Aunque existen obstáculos y desafíos, el progreso hacia un transporte marítimo sostenible es evidente. Es fundamental que la industria colabore, invierta en investigación y desarrollo, y promueva la implementación de regulaciones y políticas que impulsen la descarbonización. De esta manera, se sentarán las bases para un futuro más limpio, responsable y respetuoso con el medio ambiente en el sector marítimo. En Grupo IFS, estamos comprometidos con el medio ambiente y creemos que todo aporte a la sostenibilidad del medio ambiente ayudará a crear un mejor futuro.